En el camino aprendí que un tropezón no es caída, que llegar alto no es crecer, que mirar no es siempre ver ni que escuchar no es siempre oír; que andar sólo no es soledad, que corbardía no es paz, ni ser feliz sonreir y que peor que mentir es silenciar la verdad; que la humildad no es sumisión, es ese don que se suele confundir. Y que cuando las cosas me van mal, como a veces suelen ir, cuando mi camino sólo tenga cuestas que subir, cuando tenga poco y mucho que pagar y cuando precise sonreír... aún queriendo llorar, cuando el dolor me agobie y no pueda ni sufrir, tengo que descansar, pero nunca desistir y que cuando todo esté peor, más debo insistir.
Aprendí a ser mas espontanea, a dejar ir cosas que son del pasado, a reirme sin parar de cosas sin sentido, a valorar el hecho de poder ir a la playa y disfrutar de una caminata, a querer más a mi familia, a ser más paciente...
descubrí que necesito divertirme más, que todo necesita un equlibrio, que dejar esclavizarte por algo ó alguien es una de las peores cosas que puedes hacer, que dejarnos por llevar por las circunstancias nos hace pasivos, que el leer o ver cosas negativas nos contamina, que si en verdad queremos algo a la larga lo obtendras, que con voluntad y esfuerzo no hay nada que no puedas hacer y que si te lo repites dia con dia, te sucederan cosas maravillosas...
hoy creo en la magia;